Western Vinyl - 2.018
No todo es tan bonito como lo pintan en el mundo de la música, y la mayor parte de las veces, ese camino de rosas que podemos presuponer es arduo, difícil y en la mayor parte de las veces infructuoso.
Es el caso de "Caroline Sallee", que es quien se presenta tras el nombre de "Caroline Says", nativa de Huntsville, Alabama, y que en 2.013 se trasladó a la ciudad de Austin. E inspirado en su peripecia vital, en el cambio que supone salir de una pequeña ciudad, se basa este su segundo lp.
Un disco parido en el tiempo libre que le dejaron sus tres trabajos de subsistencia y con las dificultades inherentes a la grabación casera en el sótano lúgubre donde residía.
Tal vez, fruto de las circunstancias, el disco posee un peculiar sonido, en el que destacan los blucles y las percusiones sincopadas, las armonías hipnóticas y los ambientes casi subrealistas, aderezados con una voz casi susurrante y dulce.
Un trabajo ciertamente diferente a su primer disco "50,000,000 Elvis Fans Can't Be Wrong", en el que sin abandonar del todo la influencia del folk de los años sesenta, marca distancias con esa especie de surf rock suave con el que se nos presentó en su debút, y que puestos a comparar, podría recordarnos a la parte más suave y delicada de "Yo la Tengo".
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